El delito predatorio, la baja en la edad de imputabilidad, el rol de las redes sociales y las metas culturales en el foco de las nuevas aspiraciones son algunos de los temas que abordó el abogado especialista en Derecho Penal y Criminología Federico Navascués durante la entrevista en “Derecho y Sociedad”, el programa de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ). 

Desde la mirada del profesor, los delitos predatorios no deben entenderse de forma aislada “sino que se debe estudiar el contexto de la persona, pretender que los problemas de la sociedad se solucionan a partir de una ecuación aritmética de aumentar o bajar un número es cuanto menos hacer un populismo punitivo, es demagogia”. Al respecto, pidió “no romantizar al delincuente pero sí analizar el contexto”.

A su vez, mencionó que las redes sociales también tiene un rol importante ya que antes todos los jóvenes tenían iguales herramientas, pero hoy en un barrio popular con la posibilidad de tener un celular, los conocimientos y contactos cambian, teniendo presente que “afuera hay metas por conseguir”.

“La meta cultural cambió, antes era ser buena persona y trabajador, hoy eso ya no se respeta, la inseguridad tiene que ver con el nivel estructural de la gente, con las metas culturales y las imposibilidades de alcanzarlas”, explicó Navascués.

Además, el abogado enfatizó en el rol del gobierno que pretende ordenar la sociedad con el castigo, bajando la edad de imputabilidad, cuando realmente los ordenadores sociales son el trabajo y la salud. “Los jóvenes tienen que encontrar lo más rápido posible la certeza de que vale la pena creer en un ordenador social para alcanzar esas metas que ven”, agregó.

Asimismo, Navascués resaltó que “el delito es un fenómeno complejo” y volvió sobre “no romantizar a la persona que lo cometió, pero tratarlo con seriedad y para eso hay que tener en cuenta todas las aristas que están vinculadas”.

Los delitos predatorios son delitos comunes, no planificados, que se cometen con el objetivo de dañar la propiedad de otra persona. El término refiere porque en el contexto de las organizaciones criminales, se utiliza para establecer control territorial