Astudillo sobre la operación intrauterina en el Garrahan: “No es curativa, pero puede mejorar el pronóstico a largo plazo”

“Modo Universitario” entrevistó a una de las médicas del equipo que realizó la histórica operación en el hospital pediátrico por una malformación congénita y durante el período de gestación. “Es una respuesta a todo lo que estamos recibiendo, y nosotros contestamos trabajando”, indicó.
Este 2025 es uno de los años más adversos en la historia del Hospital Garrahan, debido al desfinanciamiento al que lo somete el gobierno nacional, que además desatiende el reclamo salarial que lleva adelante el personal de salud.
Pero pese al contexto, en las últimas horas volvió a ser noticia por un hecho histórico que implicó el nacimiento de una bebé que había sido operada de forma intrauterina por una malformación congénita.
“Modo Universitario” dialogó con una de las médicas que participó de la operación realizada hace dos meses, que se llevó adelante con la asistencia de 25 profesionales de la medicina. La ginecóloga, obstetra y especialista en medicina materno infantil Analizia Astudillo dio detalles de la intervención quirúrgica y mencionó algunos tratamientos que realiza este hospital pediátrico de alta complejidad.
La médica destacó que el centro de salud desarrolla un Programa de Diagnóstico y Tratamiento Fetal para evaluar “pacientes con anomalías congénitas fetales” y que le propusieron a Luana Campos, mamá de Samira, ser intervenida.
“Decidió hacer la cirugía y que tratemos de ayudar a la bebé en el útero”, sostuvo y explicó que la operación “no es curativa, pero puede mejorarle el pronóstico a largo plazo”.
La intervención de reparación de mielomeningocele fetal intrauterina fue la primera realizada íntegramente en un hospital público argentino y de Latinoamérica. Astudillo contó en Radio Conurbana en qué consistió: “Es como una cesárea, sacamos el útero para afuera, y en el útero hacemos una incisión muy pequeñita de 3 centímetros, por el que el neurocirujano tiene que entrar y reparar el defecto”.
Samira fue diagnosticada con lo que comúnmente se conoce como espina bífida. Según contó la médica, significa que la columna no se terminó de cerrar. “Eso genera al bebé daños en los nervios, porque mientras se expone al líquido amniótico va dañando todos los nervios que pasan desde el lugar del defecto”, detalló y agregó: “El defecto está en la lumbar y la sacra para abajo, pierde sensibilidad y motricidad y en la cabeza se le genera ventriculomegalia”, una condición por la que los ventrículos laterales del cerebro contienen líquido cefalorraquídeo, y son más grandes de lo normal, lo que se conoce como hidrocefalia.
Lo exitoso de esta operación fue justamente evitar que luego de nacida, a Samira se le tuviera que colocar una válvula de derivación. Consultada sobre los problemas mayores que eludió la cirugía, la especialista describió: “El 90 por ciento de estos pacientes requieren de válvula, ella tenía ventrículos de 12 y quedaron estables, la primera ganancia fue no tener que se le coloque la válvula”.
Sobre la situación de su malformación de columna, Astudillo señaló que resta esperar a que la recién nacida tenga 2 años “y mueva las piernas, para ver cómo logra deambular”.
“Para la sensibilidad en la vejiga y recto habrá que ayudarla. De hecho, los neonatólogos están cateterizando varias veces por día para que no tenga daño renal”, sumó.
La doctora mostró el orgullo que ella y el equipo sienten por este logro histórico en la medicina pediátrica para un hospital público. “Logramos dar este paso, nos sentimos orgullosos y agradecidos porque no hay mejor pago que el reconocimiento del paciente cuando hacés bien tu trabajo”, subrayó y guardó un párrafo para referirse al mal momento que atraviesa la institución: “Esto es una respuesta a todo lo que estamos recibiendo, y nosotros contestamos trabajando. No vamos a dejar de atender a los niños, pacientes, a las mamás. Pero sí merecemos reconocimiento”.
En su opinión “un país para que pueda crecer tiene que cuidar a sus niñeces, no puede haber niños de primera categoría que sean los de acceso al privado y de segunda categoría, porque no existe en ningún país del mundo”.
Luana Campos tiene 28 años y vive en Ramallo, provincia de Buenos Aires. Durante el embarazo recibió el diagnóstico de mielomeningocele para su hija en gestación y por eso envió un correo electrónico al Garrahan para pedir ayuda. La respuesta fue inmediata y en pocos días asistió a la consulta.
Durante el tratamiento y previo a la intervención, pudo alojarse en la Casa Garrahan y realizar todos los estudios pertinentes con antelación a la operación intrauterina. En ese sentido, expresó palabras de agradecimiento y destacó la labor y contención de los profesionales del hospital pediátrico.